Decada 80-Influencia de los jóvenes

A pesar de que sus mentalidades chocaban con los directivos mayores, será una etapa positiva, en la que se programaron las clases de iniciación a la escalada en el rocódromo y Atxarte para los más jóvenes, superando así tristes recuerdos de accidentes en los comienzos de la Sociedad. Se preocuparon además de dejar constancia en las actas de la gran actividad desarrollada en Alta montaña no sólo por los recién llegados sino por gente mayor que aún no había abandonado la práctica.

En varias ocasiones se realizaron cimas de los Alpes, Cervino, Naranjo de Bulnes, Travesía de los Mont Blanc, Tour Ronde, Cascadas de Gabarnie, Couloir Snaw, e incluso destinos tan lejanos como el Atlas marroquí o el Pizco (6000 m) en los Andes de Perú.

Posteriormente otros socios han coronado las alturas extranjeras del Baruntse, Kilimanjaro (5.895 m), Aconcagua (6.959 m), McKinley (6.193 m) o el Cho Oyu (8.201 m). Las últimas directivas han organizado asimismo varias salidas colectivas de alta montaña ascendiendo a Balaitous, Vignemale, Aneto, Anayet, Travesía del Circo de Troumouse y Gredas.

Hoy en día el Ganguren es conocido a nivel de toda Euskadi como un grupo montañero fuerte por sí mismo, no por que cuente con montañeros de élite, sino por su organización. Sin embargo, no ha dejado de estar presente con alguno de sus componentes en grandes aventuras. Es el caso de Iñaki Apellaniz en la expedición McKinley (1986), la ascensión al Baruntse (Himalaya) junto con Jesús Gómez en 1989, o el propio Jesús Gómez, en las expediciones "Sagarmantha" al Everest (1990) y Cho Oyu (1993). En este tipo de cuestiones el club, repuesto económicamente, se planteó desde 1987 subvencionar salidas de envergadura, siempre que figurase su nombre y fuese posible la financiación privada. Para determinar la cuantía de la ayuda se decidieron unos baremos de lejanía y dificultad.

Idéntica política de subvenciones se ha venido aplicando en los últimos años a las excursiones colectivas de alta montaña, una de las propuestas fuertes de la actual directiva, organizada a través de A.N.I. para impulsarlo al máximo. Por poner un ejemplo, sólo en 1992 se realizaron 10 salidas. Naturalmente no se han dejado de potenciar el resto de facetas, para las que también se han establecido ayudas con notable éxito de asistentes. No se puede olvidar, sin embargo, que ciertas actividades oficiales, como las marchas reguladas o fiesta de finalistas han ido perdiendo peso específico. A mediados de la década las razones eran evidentes para el secretario Enrique del Real:

"... es debido al cambio de concepto de la práctica del montañismo. Antes los montañeros participaban en los concursos y acudían a recoger sus trofeos. En la actualidad no se hace por recoger una medalla sino porque gusta la montaña. Cada vez se consiguen mayores éxitos a nivel de club y Federación, exceptuando el montañero de élite que lo hace por satisfacción personal."

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